domingo, 9 de noviembre de 2008



El aclamado logotipo usado en las olimpiadas en México 68 sigue vivo e incomparable a otros símbolos a nivel internacional, esto es por el inteligente diseño creado por Pedro Ramírez Vázquez, Lance Wyman y Eduardo Terrazas, pero a muchos se les olvida que ese año México viviría una de las tragedias más contoroverisales de su historia: La matanza de Tlatelolco.

En julio de ese año, estudiantes universitarios empezaron a manifestarse contra las malas decisiones del gobierno, no recibían respuesta, a finales de ese mes, el ejército entra a la fuerza a varias instituciones en huelga. En agosto se da una marcha multitudinaria hacia el zócalo, en el cual los protestantes esperarían varios días antes de escuchar una respuesta, el ejercito en tanques de guerra dispersando a todos los manifestantes del lugar. En septiembre, el ejército sigue su ofensiva al invadir la UNAM y la IPN, un día después de que el ejército se retirara, miles de estudiantes, maestros, madres de familia y demás se reunirían sin cansancio en la recién inaugurada Plaza de las Tres Culturas, obstinados buscaban una respuesta a sus protestas, mejores decisiones y explicaciones acerca de la situación en crisis del interior del país, a cambio serían victimas de una emboscada planeada por el gobierno que consistía en disfrazar de civiles a francotiradores que, cuando vieran una bengala tirada desde un helicóptero como señal, dispararían en contra del ejercito para confundirlos y así iniciar una trifulca que dejaría a decenas de muertos, heridos y desaparecidos.

En esos días, bastantes medios locales y nacionales no cubrieron la masacre, los que lo hicieron minorizaron la noticia anunciando un saldo de tan solo 20 muertos. Años más tarde, después de varias investigaciones periodísticas se empezaron a descubrir cifras mucho más graves.

Los medios de comunicación en esa época estaban totalmente manipulados por el gobierno, perdiendo el sentido que actualmente tienen. Sin embargo, todo es cuestión de evolución, la matanza de Tlatelolco ayudo a que los medios pudieran crecer y reinventarse para encontrar una fuerza y poder inmensos. No es para justificarse, pero no se pueden juzgar unos medios de comunicación que no tenían el rol que poseen ahora, antes no eran independientes, no tenían moral, eran una rama más del organigrama del gobierno, ahora se puede presumir de medios independientes que lograron evolucionar para tener una función social y crítica en el País.

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